Central Park surgió ante el gran aumento de población que Nueva York había experimentado a comienzos del siglo XIX y la ausencia de un lugar de esparcimiento. Los delegados de la ciudad, conscientes de dicha problemática, compraron entre los años 1853 y 1856 unos terrenos en el centro de Manhattan por $5.5 millones con la idea de construir un gran parque público. Las obras comenzaron en 1858, dirigidas por el arquitecto Calvert Vaux y el paisajista Frederick Law Olmsted, y se prolongaron durante veinte años. El proyecto suponía un reto para los diseñadores que debían acondicionar un terreno rocoso, pantanoso y fangoso para convertirlo en un parque en el que se plantarían 4 millones de árboles, arbustos y plantas, y se construirían 36 puentes, 7 lagos,101 hectáreas de jardines y 55 de bosques. Para conservar la autenticidad del paisaje y su naturaleza, los arquitectos presionaron para que se creara una ley por la cual no se pudiese modificar en el futuro el diseño original de cada zona del parque.
Central Park mide 4 km. de largo por 800 m. de ancho, y tiene una superficie de 341 hectáreas en las que hay plantados 26.000 árboles y donde conviven 275 especies de aves. En sus 93 kilómetros de caminos es muy fácil perderse, por lo que es recomendable hacerse con un mapa del parque. Los domingos y días festivos es cuando se pueden encontrar más actividades, conciertos al aire libre y espectáculos. La circulación de vehículos con motor se prohíbe durante los fines de semana y a ciertas horas de los días laborables. La seguridad es muy grande, incluyendo cámaras ocultas de videovigilancia, pero se recomienda no adentrarse durante la noche. Zoológicos, teatros, pistas deportivas, lagos, fuentes, sendas y jardines integran este parque que de sur a norte.